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 “Te mereces esto y más” cumple hoy un año. Un año lleno de cariño en el que he podido escuchar vuestras historias y aprender con todo lo que habéis compartido conmigo. Gracias por tanto. Si el libro te ha ayudado, compártelo con quien creas que puede necesitarlo. Para copias dedicadas escribe a sparksandrockets@gmail.com #temerecesestoymas  Lord Byron tenía una villa en Ginebra que solía alquilar a amigos y conocidos. Un verano se instalaron allí un poeta y su mujer, una jovencita de 19 años llamada Mary. El poeta preguntó a Lord Byron qué podían hacer allí para entretenerse. -¿Por qué no escriben historias? No sé, de fantasmas, por ejemplo- respondió Byron. Mary no quiso decepcionar a su casero y se tomó al pie de la letra el consejo. Cuando Byron leyó su historia la animó a publicarla. Pero a Mary firmar un libro le parecía una locura, algo inadecuado para la esposa de un poeta. -Pues no lo firmes- insistió Byron. Tardó dos años pero al final la convenció: “Frankenstein. Anónimo”, decía aquella primera edición del 1818.  Pasando la #nochedeloslibros en compañía de dos grandes escritores. De Cristina Sánchez-Andrade me quedo con esta frase: “Escribimos para saber las cosas que aún no sabemos”. De Manuel Vilas “Necesitamos la literatura para entender la imperfección de la vida” y “si no hubiera leído a Joan Didion no habría sabido cómo armar Ordesa”  #sandrbookclub  Llevas muchísimo tienpo delante de esa obra de arte. Te resulta compleja, no alcanzas a entender su significado. Intentas enfocarla desde otro ángulo: te alejas, te sientas, das un giro... Te planteas leer algún experto que te pueda iluminar. Al final optas por la opción más obvia: aparcar la racionalidad. Y en cuanto das paso al instinto, la obra, esa genialidad llamada “ tu vida”, cobra sentido. Ahora entiendes cómo mirarla, ahora aprecias sus defectos y virtudes. Ahora la puedes firmar.  Saber que ya nunca volverás a ver los macaroons de violeta sin pensar en ese gesto de cariño espontáneo, los ojos brillantes, la satisfacción. Recordarás cuando todavía eran un conjunto, la individualidad aún diluída en su relación, y te consolaba aquello de “queda tanto por hacer”. Pensarás que no recuerdas en qué momento desaparecieron esos detalles, quizás cuando dejaste de notarlos o cuando todo aumentó de intensidad. Llegarás a la conclusión de que los dejaste escapar. Tu excusa será que eran mínimos, fugaces. Pero dentro de ti reconocerás el error porque entenderás, (lo verás con absoluta claridad), que cada uno de ellos albergaba ya todo.  Si a Matthew Weiner le diera por pintar, sería un puntillista. Sus personajes son la suma de infinidad de puntos colocados estratégicamente y con minuciosa precisión, como en un cuadro de Seurat. Si prestas atención puedes apreciar cada uno en su detalle: independientes, compactos, brillantes. Pero es en la mezcla de todos ellos cuando Weiner consigue resultados que son obras de arte. Llegamos a empatizar con Tony Soprano, victoreamos a Peggy Olson y ahora nos enamoramos de Heather, la protagonista de su novela. Pocas páginas que se leen como un huracán y en las que Weiner se hace perdonar por todas las horas que nos tuvo pegados a la pantalla y alejados de los libros. Su novela es más que una redención: es un mensaje claro a nuestra manera de vivir que nos deja llenos de inquietud y de preguntas. /// En España con el título: “Absolutamente Heather”  No busco amistad, obediencia o comprensión. No puedo ser siempre amiga, pretender que todo se haga a mi manera o que entienda siempre los porqués de mis razones. Lo que intento tener, lo que pediría si me dieran un deseo, es esa mirada cómplice. Mientras me la siga regalando, todo irá bien.  Leer las noticias estos días es entrar en un mundo poblado de lobos, Midas, ogros y Narcisos. Ficciones inverosímiles y protagonistas grotescos que parecen salidos de la imaginación de Perrault. Sucesos llenos de horror de los que no alcanzamos a entender la moraleja. Ojalá nuestros hijos sean capaces de romper todos los cuentos que nos rodean y consigan escribir otros distintos. Estoy deseando leerlos.  ¿Quién quiere reliquias cuando se puede heredar historias? Que tu hogar sea un almacén de recuerdos y memorias.  Lo peor de todo es que estamos obsesionados con el barco. Qué modelo vamos a escoger, cómo lo vamos a llamar, de qué color será, lo rápido que irá...nos perdemos en mil detalles y olvidamos lo más obvio: ni el mejor barco del mundo puede llevarte si no sabes dónde vas.  En Woodstock no todo es música y festivales, también hay librerías. A una de ellas llegó un hombre buscando un libro para su hija. La empleada de la sección infantil estaba ocupada colgando un cartel. “En seguida estoy con usted”, le dijo. El cartel era pesado y se le resistía. “Si me da una mano con este cartel, le haré un descuento en el libro”, sugirió al cliente. “Claro, la ayudo encantado, pero no necesito el descuento”. Los dos se sentaron en el suelo y trabajaron juntos un buen rato, clavando y midiendo hasta que quedó perfecto. Ella insistió en hacerle un descuento pero el hombre se negó. Cuando por fin se fue con su libro, la hija de la empleada, que estaba en la trastienda, le preguntó: “Te has dado cuenta de quién era?”, “No, ¿quién?”, respondió ella. “¿No te fijaste en sus ojos? Era David Bowie”.  Decía Anatole France que hasta que no amamos a un animal una parte de nuestra alma sigue dormida. De niño pasaba las tardes en la librería de su padre y cuenta que un día encontró un gato acurrucado en un rincón. Le dio un poco de leche y el animal se quedó. Por las noches, cuando la librería cerraba, Anatole leía en voz alta a su nuevo amigo, que escuchaba encandilado y parecía no querer perder detalle. “Aquel gato, sin quererlo, me dió el mayor de los regalos: me abrió el alma a la literatura”  Hay libros, muchos, que pasan por nuestra vida sin más. Son libros destinados al olvido, como esos adornos de nuestras repisas que ya no notamos ni siquiera cuando los desempolvamos. Hay otros, pocos, que se quedan un rato más: son esos capaces de poner palabras a un sentimiento que no ubicábamos o los que están habitados por personajes que se instalan en nuestra casa y durante un tiempo no conseguimos echar. Pero de vez en cuando, bendito destino, encontramos un libro que es para siempre. ‘Ordesa’ te arrasa desde las primeras páginas. @manuel.vilas deja claro que tiene la intención de quedarse y de cambiártelo todo y tú le dejas hacer. Porque ante una voz así, valiente y sobrecogedora, uno solo puede guardar silencio, echarse a un lado y dar las gracias.  Aprender a disfrutar la soledad entre el verde y los animales.  Decía Carmen Martín Gaite que los cuentos bonitos siempre hacen perder la noción del tiempo y, gracias a ellos, nos salvamos del agobio de lo práctico. Aquí en su “casa” #editorialsiruela cuentos bonitos los hay a miles y a ella, que le gustaba vivir sin prisa, le habría encantado la tarde que organizaron hoy con @dideco_es Una tarde que empezó con “para nosotros los libros son el máximo disfrute” y acabó con un montón de novedades imperdibles. Pronto más ;)  En los años 20 la escritora americana Anne Parrish pasó unos días en París con su marido. Durante uno de sus paseos por la ciudad entraron en una vieja librería. Entre los libros usados Anne encontró uno titulado “Jack Frost y otros cuentos”. -Mira, dijo a su marido, este era uno de mis libros favoritos cuando era niña.- El marido lo abrió y leyó en la primera página: “Anne Parrish, 209 N. Weber Street, Colorado Springs.” Era el libro de Anne. / Regalar un libro es regalar un mundo entero. Hoy os propongo un juego dentro del #sandrbookclub para alargar la vida de los libros que os gustan : 1-Escoge una seguidora del club que te inspire. Quizás alguien que ha escrito un comentario que te ha gustado o que te ha ayudado a entender mejor uno de los libros. O quizás alguien que a raiz del club has empezado a seguir porque sus fotos alegran tus días. Idealmente, una persona que no conoces. 2-Escríbele un privado. Dile que la has escogido y que te encantaría regalarle un libro. 3-Elige un libro que hayas amado de tu biblioteca y envíaselo o incluso queda con ella para dárselo si es de tu ciudad. Ya me contaréis vuestras aventuras. (Si queréis podéis usar la misma hashtag del club) ¡A jugar!
TAP

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